jueves, 7 de abril de 2011

“PENSAR EN CRECER Y HACERLO SON COSAS MUY DISTINTAS”

Hoy en día es común escuchar que el fenómeno de la globalización nos afecta a todos; empresas, personas y la sociedad en su conjunto, puesto que ésta ha generado grandes cambios en las telecomunicaciones, los sistemas de transporte, la cultura y sin lugar a duda a los negocios. 
Dado que estos últimos se han visto impulsados por factores como la libre movilidad de los factores de producción y personas, sin mencionar el fácil acceso a la información en tiempo real, lo cual nos demuestra que el mercado y el panorama global está cambiando y por ende es necesario cambiar las reglas del juego, dejar de pensar individualmente y tratar de cooperar por unos interés colectivos.
De allí que muchas empresas estén expandiendo su campo de acción a mercados internacionales. Aunque cabe destacar que no todas las empresas cuentan con la infraestructura, recursos y el conocimiento necesario para poder ser competitivos en el nuevo panorama internacional,  es por esto que se hace indispensable contar con el apoyo de empresas con oficios conexos, que cuenten con  bienes complementarios o suplementarios.  Esta unión entre empresas les brindará un respaldo y les permitirá competir a nivel internacional.  
En Colombia particularmente encontramos que aproximadamente el 94% del sistema económico está conformado por pequeñas y medianas empresas (PYMES). Algunas de estas empresas se han visto gravemente afectadas, puesto que estas no cuentan con el suficiente respaldo para poder emprender grandes proyectos y ser competitivas a nivel internacional. Por ende, la formación de consorcios de exportación se convierte en la herramienta que estas empresas necesitan para subsistir y obtener un posicionamiento en el mercado.

El porqué de un consorcio y no otra forma de asociación se traduce en que esta forma de asociación permite a las empresas que lo conforman el compartir los costos, la posibilidad de contar con una gran variedad de productos y eliminar el mayor número de intermediarios posibles, sin mencionar que las empresas que conforman el consorcio aunque trabajan de forma integrada para alcanzar un objetivo común, estas actúan en forma interdependiente. Lo anterior, puede ser considerado parcialmente como una ventaja para los empresarios colombianos, dado que como país no podemos desconocer que nuestra cultura como negociadores tiende hacer individualista, lo que es sin duda alguna un obstáculo para poder crecer. Puesto que por más subsidios y ayudas que otorgue el gobierno nacional, no se podrá ser competitivos si no se cuenta con una estrategia diferenciadora que permita enfrentar el mercado internacional. La cual, solo se logra a través de la cooperación.